Hay una cierta peligrosidad
al leer una novela que tiene trasfondo
histórico. La más común es
creer que la ficción cuenta la realidad. Muchas novelas históricas realmente
son situaciones actuales con algunos retoques de nostalgia, fechas, lugares
comunes y edificios corroídos por el tiempo.
Pero, cuando analizamos
las obras serias, ya sean
las escritas en su tiempo o las actuales con bases confiables, fidedignas,
podemos extraer muchísima información si sabemos exprimir con toda fuerza el
contexto histórico.
“El vuelo de la
Reina” de Tomás Eloy Martínez, por ejemplo, cuyo fondo es una Argentina corrompida y
decadente, relata la obsesión enfermiza de Camargo, periodista veterano y
ambicioso que se enamora de Reina, una joven que inicia en el periodismo. El
trasfondo histórico es el declive del régimen menemista, que es, guardando las
distancias, muy similar al periodo de Carlos Salinas de Gortari: el viraje
repentino a lo que hoy conocemos como neoliberalismo.1
La trama va por dos
vertientes: la primera consiste en registrar la obsesión, el voyerismo de
Camargo sobre la jovencita Reina Remis; la segunda, contar la degradación de la
política argentina (el episodio del presidente y las apariciones, la ironía
desatada contra las figuras del poder y , sobre todo, el peso que tiene el cuarto
poder sobre el gobierno)
Podemos ver la tragedia
pintada de sátira, la Argentina postrada por culpa de sus políticos, desde el
primer capítulo. La desesperación por no hallar salida a la situación política:
- Pasó algo trágico, Doctor- le
dijo-. Habíamos impreso ya la mitad de la edición cuando nos avisaron que se
mató el senador Valenti.
- ¿y usted qué hizo?
- Lo que pensamos que usted
haría, doctor. Parar la tirada (...) la viuda lo encontró de rodillas, al lado
de la cama, con un tiro en la boca. No dejó ninguna carta. Eso es lo que dicen.
Por fin
alguien tenía un gesto de dignidad. La Argentina estaba enferma hasta los
huesos. Pero una sola muerte no cambiaría el orden de las cosas.2
El poder estatal a la
vez que es ridiculizado con el episodio del presidente-monje, también es
criticado por su refugio en la religión y en la creencia de que un golpe de
timón tan radical atraería las simpatías de un populacho cada vez más
enardecido.
Algunas de las novelas
de Martínez- como él mismo lo señala, y es punto capital de esta breve
exposición- son una mentira. Pero una mentira justificable que desnuda al
sistema corrupto y corruptor, de allí que “El vuelo de la Reina” muestre,
además de la historia alrededor de la obsesión por una mujer, la decadencia
moral y política de la Argentina Menenista.3
La personalidad misma de
Camargo muestra a un ser profundamente celoso, inestable, que está
profundamente ligado a toda la situación política de la novela: no puede creer
en la verdad, no existe tal cosa. Para él, Reina es una infiel a pesar del
control férreo que tiene sobre ella. La situación con la Argentina es similar:
no hay control sobre el país.
_________
1.-
Castiglioni Franco,” Argentina. Política y economía en el menemismo”, en
Nueva Sociedad Nro. 143 Mayo - Junio 1996.
2.-
Tomás Eloy Martínez, El vuelo
de la reina, México, Ed. Alfaguara-La Jornada, 2009, p. 31.
3.-
Marcelo Coddou, Ideología y política en la obra narrativa de Tomás Eloy
Martínez, Drew University, Hipertexto, 2008, p. 75
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