jueves, 1 de agosto de 2013

[Política]: Guerra civil en Siria, la otra mirada:



El derrocamiento de Bashar al Asad.


La primavera árabe se topa con un muro de hierro: la intervención militar en Siria puede  provocar un conflicto regional y extenderse a nivel mundial. La polarización ha regresado.
El conflicto social que lleva más de año y medio en Siria en su inicio se presentó como una manifestación más del movimiento a nivel regional denominado primavera árabe –exigencia de una democracia en los países árabes–. El poder, controlado por Bashar al Asad desde el año 2000 (y por su padre, quien fungió en el mismo por más de 30 años), provocaron que a inicios del año 2011 se desataran conflictos en la ciudad de Daraa al quemar estructuras del partido político hegemónico: “Bazz”. La molestia de los ciudadanos por tener en el poder a la misma familia desde 1971 radica entre otras cosas en que sus líderes políticos son una minoría chiita, y los pobladores son la mayoría sunita, lo cual provoca un distanciamiento entre los gobernantes y los gobernados (las “percepciones de aceptación” que tiene un ciudadano respecto a su sistema político influyen de manera decisiva en la legitimidad de éste); sin embargo, el problema es más complejo de lo que parece. Las relaciones económicas, políticas y religiosas que Siria tiene con Irán y Rusia, el espacio geopolítico que representa en Medio Oriente y la presión para establecer una democracia en los países que lo conforman son factores para que el derrocamiento de al Asad sea aprobado por Occidente. 
Aunque el gobierno ha intentado controlar y hasta silenciar el movimiento por medio de movilizaciones a su favor y también con la violencia de Estado, sólo ha conseguido que aumenten las protestas en su contra. Por lo tanto, el presidente tuvo que emitir la anulación, en 2011, del estado de emergencia –control interno de las fuerzas castrenses, supresión de derechos ciudadanos–, y el mismo Assad declaró "Siria sigue siendo víctima de una conspiración pero pese a ello debemos realizar reformas...".
Después de los atentados del año 2001 en New York, el mundo cambió por completo. La polarización aumentó... contra Oriente. Por lo tanto, los intereses de EE.UU. encontraron una justificación para atacar a los países árabes, además de que Siria representa la entrada directa, por aire, a Irán; (el conflicto internacional para impedir la fabricación de una bomba nuclear se ha mantenido oculto tanto en los medios masivos de comunicación mexicanos como internacionales, sólo se aborda de una manera superficial. En otro momento se profundizará en este tema). Como menciona Eric Walberg: “Allí está el juego final de la geopolítica mundial –Eurasia–, con ayuda de Israel”. Es decir, la invasión a Siria representa la entrada directa de Occidente, con ayuda de su aliado Israel, a la zona de influencia rusa.
La pasada elección presidencial en EE.UU. hizo que los contendientes pusieran énfasis en la política exterior enfocada a la situación con Israel-Irán-Siria, además de que en el caso particular de Romney, al hacer evidente que su prioridad sería Rusia, recordó el periodo de la Guerra Fría, es decir la polarización mundial. Eso tensó aún más la relaciones sobre la guerra civil en Siria. A todo lo anterior hay que sumar que la posible producción de uranio enriquecido al 90% –necesario para la creación una bomba nuclear– por parte de Irán, el escudo antimisiles al cual se opone Rusia, la severa crisis económica, política y social que vive el viejo continente, entre otros, ocasionó que los candidatos priorizaran este punto en sus agendas políticas.
Amor y Paz (Democracia, estamos trabajando por ti) 
Acuarela sobre papel [
©1GNA51O]
Por otro lado, el pasado 22 de junio fue derribado un avión turco, lo que produjo un conflicto entre Turquía y Siria, por lo que Turquía, al pertenecer a la OTAN, convocó a una junta para consultar su respuesta. La tensión fue tal que Turquía mandó 6 aviones F-16 a la frontera con Siria; éste respondió con baterías antiaéreas –de fabricación rusa–. Dado que la OTAN decidió no hacer uso del principio de “defensa colectiva” o “clausula de ayuda” establecido en el artículo 5 del Tratado de Washington, Turquía rehusó días después a ejercer alguna acción militar.
Sin embargo, lo anterior sólo manifiesta una pasividad por parte de las potencias de Occidente –EE.UU., U.K., Francia, Alemania, entre otras–, por que de llevar a cabo un ataque o injerencia en el país sirio, se desencadenaría un efecto dominó que arrastraría a países como Irán y Rusia, y probablemente China, a intervenir en defensa de su aliado. Reflejo de ello es que después de los atentados del 2001 en las Torres Gemelas, se llevó a cabo el mismo procedimiento que hizo Turquía, pero en aquel entonces se aprobó (de forma rápida y sin ningún impedimento) el ataque. La razón: EE.UU. sabía que Afganistán estaba solo; Siria no. 

Referencias:

[Leonardo Solís es estudiante de Ciencias Políticas y Administración Pública en la FES Acatlán, UNAM.]

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