[Israel
Rojas]
Invitadla, no temerle.
Sube hasta el 8432 del
Hotel Babel. Ofrece un trago,
sé gentil y coqueto,
a ella le gusta el juego. Por ello,
si huye de ti por la ventana del baño
y sólo te deja una navaja sin filo
o un frasco sin somníferos…
No te
desilusiones y mucho menos enfurezcas.
Salid a las calles sombrías,
quizá la encuentres en el Bar
o en el hoyo donde gusta de
conversar con los podridos del mundo.
En el hospital,
acude a las orillas de los andenes,
busca en los teatros olvidados
en las casas
custodiadas por los búhos.
Pero si anda de humor desosegado
y le ha pegado una crisis de alcohol
con anfetas,
lo más seguro es que tengas que ir muy lejos tras su rastro.
Pero tú eres persistente y en el mundo ya no tienes
nada que perder.
Ella espera por ti.
Ella es tu único deseo.
Entonces tomad las alas,
sal al mundo intuido después de la oscuridad,
indaga en las esferas adentro de las esferas, interroga al color y descifra las
pinturas que traza la música.
Atraviesa las montañas levitantes,
el desierto negro,
los países helados,
los territorios imposibles.
No importa.
En algún momento, impredecible como ella, cuando esperes no encontrarla,
te hallaras en el fondo de sus ojos hermosos…
No dudes.
(Este
encuentro justifica la aventura de vivir.)
Invitadla, no temerle,
sé gentil y coqueto,
a
ella le gusta el juego
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