jueves, 1 de agosto de 2013

[Fotografía]: Los niños grandes.

1. María Teresa. 

Los niños son actores sociales que nos permiten conocer sobre el pensamiento de los hombres en una época o grupo social determinado. Es así que el objetivo general de este trabajo es dar una mirada más amplia sobre la fotografía como documento social, que nos ayudará a reconstruir la idea de la niñez para finales del siglo XIX y principios del siglo XX en la ciudad de México.

Para realizar este trabajo me basaré únicamente en tres fotografías, en las que se podrá apreciar a los niños que retrató una casa fotográfica denominada compañía Hermanos Valleto. La primera imagen es el retrato de una niña llamada María Teresa, la segunda no tiene título, pero en ella se encuentra una pequeña de aproximadamente tres años y en la última representación se localiza a un niño con su familia, el título de la misma es “José de Teresa y Familia”.
El concepto de niñez.
El ideal del niño es que éste fuera un alumno, es decir que siguiera el ejemplo de los padres y que por lo tanto tuviera una conducta intachable, esto se hizo a través de “formar a niños justos, generosos, constantes, modestos. Niños que amarán a su prójimo y respetaran a los ancianos. Para lograrlo se recomendaba la lectura de las fabulas y de las biografías de hombres ilustres, así como darles una buena y oportuna educación”1, el resultado que querían lograr era que estos individuos de corta edad fueran lo bastante capaces de controlar sus impulsos y tener una serie de cualidades como ser recatados, educados, amables y en general mostrar una conducta que manifestara en la práctica las instrucciones de sus papás.
La educación de los pequeños se veía reflejada en los modales y la vestimenta que fueron parte fundamental para la construcción de un ideario de los infantes; una fotografía que nos muestra como tema principal la niñez, es justamente la imagen de María Teresa, la cual hace referencia al lado femenino, pues el fotógrafo ocupa el retrato con el objetivo de captar la esencia de la niña.
En este retrato podemos distinguir que portaba un lujoso vestido color blanco con encajes y detalles, además podemos ver el buen arreglo de su cabello y un gran sombrero con varios adornos como flores y moños que la hacen lucir coqueta. Teresa seguramente sólo pudo haber usado esta vestimenta en alguna reunión o bien para salir a pasear, más no para jugar o usarlos cotidianamente, ya que, un niño necesita moverse libremente, correr, brincar, gritar y con un vestuario así pudo haber impedido todas estas actividades, pues hubiera sido demasiado incomodo llevarlas a cabo.
La compañía.
La fundación de la compañía de los Hermanos Valleto fue hecha por Julio, Guillermo y Ricardo, el primero de ellos quien dio principio a lo que más adelante sería la gran casa fotográfica, pues comenzó a conocer la fotografía en forma autodidacta, practicándola solo en sus tiempos libres para posteriormente hacer un intento por crear una asociación, sin embargo ésta no tuvo mayores frutos, y por motivos de trabajo tuvo que viajar a la Ciudad de México donde después de algún tiempo decidió dedicarse por completo al uso de la cámara y ofrecer sus servicios para lograr consolidar su negocio. Es así como “los hermanos Valleto fotografiaron la gran sociedad mexicana, a la que ellos mismos llegaron a pertenecer. Su origen y pertenencia social es muy importante, ya que inciden en la codificación de signos sociales de la representación visual, y sus nexos con la élite social y política”.2
El éxito de este conjunto de fotógrafos comenzó a tener mayor presencia en los escenarios de la clase alta comprendida en la ciudad de México con la cual alcanzaron cierto prestigio e hicieron una mudanza de local, pues pretendían mejorar las instalaciones del negocio, a uno de los lugares más concurridos por la clase acomodada para poder proporcionarle un giro a su empresa y “darle mayor proyección y estatus al ubicarlo en la calle del gran comercio de lujo de la ciudad: San francisco y Plateros (hoy Madero)”.3
Los asociados Valleto, trataron de fundar su trabajo en un genero de la fotografía muy importante, basándose casi siempre en el retrato, pero no en cualquier tipo de retrato, no de la población popular sino a la sociedad acomodada de la época y a la que podía tener acceso a los costos de su compañía.
2. Sin título, ca. 1870, colección Amézaga Heiras.
Los elementos de la fotografía.
Los telones forman parte de la utilería que es utilizada para la creación de una ambientación visual que a su vez nos permiten conocer la construcción del niño burgués capitalino. Existen distintos tipos de fondos, algunos muestran una chimenea, otros una biblioteca, como en la tercer fotografía.
Siguiendo con los componentes de la fotografía, encontramos el denominado “atrezzo” el cual está conformado por objetos insertados en la escenografía para la composición de la imagen, los cuales pueden ser sillas, álbum de fotos, juguetes, flores, libros, mesas, y éstos juegan un papel importante visualmente pues contribuyen a plasmar lo que el autor pretende reflejar en los retratos. Estos objetos son, en la mayoría de los casos propiedad del fotógrafo, aunque no siempre es así.
El vestuario es otro tipo de rasgo característico que forma parte de la utilería, este puede llevarlo el retratado o el que ofrece sus servicios, aunque general-mente era más cómodo, además de agradable, que lo llevará el que se iba a fotografiar, ya que escogía el que fuera de su gusto y posibilidades económicas, además dependía de la ocasión y para qué necesitaba la fotografía. Es decir, “en ocasiones el vestuario suele ser un elemento fundamental para la interpretación pues la ocupación o actividad profesional y hasta la identidad del sujeto se pueden establecer.”5
Por último tenemos un elemento que de igual manera que las anteriores herramientas forman parte de la composición de la imagen fotográfica, la tan a afamada “pose”, el fotógrafo acomodaba según su criterio al retratado, incluso basándose en alguna técnica, como orden compositivo, formal o simbólico. De hecho se trata de plasmar al cuerpo humano de una manera proporcionada.
Pero cabe mencionar que “la determinación de una pose tenía que ver con valores de representación artística… traducidos al medio fotográfico, pero también con valores culturales y sociales prevalecientes en la sociedad capitalina mexicana de finales del siglo XIX.”6
La representación de la niñez en la compañía Hnos. Valleto.
Las imágenes fueron parte de la construcción de un ideal del niño de la alta sociedad y constituyeron su formación visual, dando parámetros muy ricos con los cuales podré analizar las siguientes fotografías.
Los infantes tenían como modelo, la vestimenta de sus padres, ya que “hasta el siglo XVIII no había una indumentaria propiamente infantil. Lo mismo en Europa, que en América, los niños de sectores acomodados, vestían como sus padres, el traje aristocrático de modo que con los modas de los adultos se imponía a los infantes una imagen de adultos pequeños”7.
Los niños ahora los podemos ver reflejados en las imágenes de los Hermanos Valleto con elementos que se catalogan como utilería, entre los que destacan barcos, triciclos, cañones en el caso de los niños y en el de las niñas podemos ver álbumes fotográficos, libros, canastas con las que jugaban, entre otros elementos característicos que se utilizaban en la vida cotidiana de un infante o que mejor dicho hacen alusión a una etapa de la vida que lo caracteriza: el juego.
En la fotografía número dos se aprecia una niña de aproximadamente 3 años la cual tiene una tez clara, porta un vestido con encajes y holanes en color obscuro, trae puesta unas medias y deja ver parte del calzón, que es una especie de short que era más largo que su vestuario. Se nota que trae una blusa de manga larga de color blanco, y los “zapatos de tacón” que para esas fechas eran la novedad entre la clase acomodada. De igual forma es evidente el esmero en la apariencia de la pequeña, su frescura se le nota, su cabello tan arreglado y con un toque de brillo, y sus ojos claros.
Los objetos insertados en esta imagen, le dan un toque peculiar, ya que aquí podemos encontrar, una silla donde esta recargada está pequeña, que cuenta con un álbum de fotografías en las manos, a un lado de ella se distingue una mesa con un mantel, encima hay un frutero y delante de él un moño o al menos eso parece, para rematar debajo de la mesilla se encuentra un taburete.
La educación de los pequeños se ve reflejada en la representación de los niños grandes, esto podemos ubicarlo en lo que se remite a la intelectualidad, ya que para verla reflejada a través de lo visual consta de ciertos parámetros: los infantes leyendo o tomando un álbum de los parientes que ya se fueron o de los familiares ilustres, esto lo se hacía con el fin de mostrar a estos individuos dotados de todo lo esperado de un niño en la época decimonónica.
Lo anterior va ligado a la siguiente y última imagen, “José de Teresa y Familia.” En ésta se encuentran tres integrantes de la típica familia porfirista. De los tres individuos dos cuentan con un toque peculiar ya que uno está leyendo el periódico y el otro está sosteniendo un libro, sin olvidar al pequeño que esta a un lado del padre simulando leer.
Se destacan las herramientas que los fotógrafos utilizaron para dar una intencionalidad a la imagen, es decir, construyeron una escenografía que estaba compuesta por un telón que simulaba una biblioteca contaba con una mesa del lado izquierdo donde estaba recargado el señor, una silla donde se encuentra sentada la figura femenina y que bajo sus pies se encuentra un pequeño cojín con la finalidad de no tocar el piso.
El vestuario de la familia es sobrio en los tres personajes, la madre contaba con un vestido en color claro y con encajes moderados; “Don José” lleva puesta una camisa blanca, un chaleco, otra prenda que aparenta ser un saco y un pañuelo de color blanco, pantalón gris y zapatos negros; por último tenemos al individuo más pequeño que está en el retrato, vestido de forma semejante a su padre aunque el color del atuendo sea un poco más claro en relación al adulto.
La familia retratada pretendía mostrar su intelecto y no algo ostentoso, como es el caso de las otras dos fotografías analizadas, pues intentaban hacer lucir esta parte en los individuos y lo importante que era para la época las buenas costumbres así como la buena educación.
Ficha técnica de la tercera fotografía. Jose de Teresa y Familia, c.a. 1900, colección Taide Ortega
Conclusión.
La fotografía nos ayuda a reconstruir ese pasado que muchas veces sólo leemos, pero con el apoyo de imágenes podemos complementar nuestro sentido visual para poder entender las preocupaciones que estos hombres tuvieron por los pequeños.
La representación de la niñez en la compañía Hermanos Valleto se construyó a través de las ideas de la época, donde se pretendía una mejor educación para los infantes que pertenecían a la élite. Su instrucción tomó un rumbo importante así como la preocupación por obtener una infancia intelectual, que le proveyera de buenas costumbres y buenos actos al prójimo. Así, estas fotografías forman parte de una realidad construida por dicha élite decimonónica, sus pretensiones, aspiraciones y su futuro visto en un individuo.
Los niños han sido importantes tanto en el pasado como en la actualidad, estos actores sociales siempre serán significativos ya que se les atribuye la carga de las ideas de la época, a través de la educación y valores para poder construir una nueva manera de soñar, de crecer y de vivir.

Referencias bibliográficas:
1 Luz Elena Galván Lafarga, “La niñez desvalida. El discurso de la prensa infantil del siglo XIX” en La infancia en los siglos XIX y XX: Discursos e imágenes, espacios y prácticas, México, UAEM, 2008, p. 179.
2 Claudia Negrete Álvarez, Valleto hermanos: fotógrafos mexicanos de entre siglos, México, UNAM- Instituto de Investigaciones Estéticas, 2006., p. 37.
3 Ibíd., p. 43.
4 Ibíd., p. 108.
5 Ibídem., p. 110.
6 Julieta Pérez Monroy, “Modernidad y modas en la ciudad de México: de la basquiña al túnico, del calzón al pantalón, en Gonzalbo, Pilar (dir.), Staples Anne (coord.) Historia de la Vida Cotidiana, Vol. IV, FCE-Colmex, 2005, p. 76. 

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